viernes, 22 de marzo de 2013

A 37 años del Golpe Militar


El verdadero terrorismo

Los últimos años del gobierno constitucional de Isabel Perón estuvieron signados por un alto grado de violencia en las calles, con López Rega a la cabeza de la cacería de la Triple A.
Quienes creyeron que la irrupción en el poder de las Fuerzas Armadas iba a regresar la normalidad y el orden a la Nación, nunca estuvieron más equivocados.
La noche del 24 de marzo de 1976 fue el inicio de la época más oscura que vivió el pueblo argentino. A partir de entonces (y hasta la vuelta de la democracia) las garantías constitucionales fueron nulas. A partir de entonces todo miembro de la sociedad considerado para las Juntas Militares como peligroso, fue perseguido. La peligrosidad del individuo recaía en su condición ideológica, en su condición militante, o simplemente en su condición de ser. Acaso el sólo hecho de pensar distinto era peligroso.
La junta militar suspendió la actividad política y disolvió los partidos. Intervino los sindicatos y prohibió las huelgas. Disolvió el Congreso, destituyó la Corte Suprema de Justicia, suspendió la vigencia del Estatuto del Docente. Ordenó el corte de pelo para los hombres, la quema de miles de libros y revistas considerados peligrosos.
Se violaron de manera sistemática los Derechos Humanos con la desaparición de personas. Debido a su naturaleza, una desaparición encubre la identidad del autor: si no hay preso, ni cadáver, ni víctima, entonces nadie presumiblemente es acusado de nada.
Se tortura y se instrumenta el robo de identidad a los hijos de las mujeres que parían  en los centros de detención clandestina, ya que los represores entendían que la “subversión” era hereditaria y por ello se debía “borrar” la identidad de esos chicos para que no fueran subversivos en el futuro.
Los subversivos -llamados también terroristas- contemplaban al ser apresados, torturados y asesinados, al verdadero terrorismo, ese que provenía del Estado.

La dictadura y la Universidad Nacional de La Plata
Las universidades fueron un objetivo claro del terrorismo de estado, siendo asociadas directamente a la formación de la “subversión”. La intención era eliminar los debates y la conformación de ideas. En marzo de 1976, mediante la ley 21.276, fueron intervenidas quedando todo bajo control del poder ejecutivo, al tiempo que se suprimieron los órganos de gobierno colegiados y se prohibieron las actividades gremiales y políticas. Argentina dejó atrás esos años el legado de la Reforma de 1918 que había garantizado entonces la universidad pública, autónoma, cogobernada, laica y libre.
Muchos profesores, investigadores, docentes, autoridades, estudiantes, graduados fueron objeto de exilio o de secuestro y desaparición.
La transformación de la universidad impulsada por los militares contemplaba dos claros objetivos principales: por un lado, el control político e ideológico y por otro, la disminución y re encausamiento de los graduados. Fue por ello que se llevaron adelante en estos años sistemas de cupos, exámenes de ingreso y el arancelamiento, como así también se pusieron en marcha groseras modificaciones en los planes de estudios de la mayoría de las carreras.
El saldo del autodenominado “Proceso de Reorganización Nacional” fue un país devastado, la derrota en la Guerra de Malvinas, numerosos crímenes de Lesa Humanidad, un irrisorio endeudamiento internacional y la desesperanza en el pueblo: treinta mil personas desaparecidas entre las que recordamos hoy, a los cerca de 400 compañeros de nuestra Universidad Nacional de La Plata.


Derechos Humanos hoy y mañana

Desde la Juventud Radical La Plata entendemos la necesidad de seguir reconociendo como un hecho histórico el Juicio a las Juntas Militares encabezado por Raúl Alfonsín, y la lucha intransigente contra la impunidad del menemismo de los 90 reflejada en los indultos a los jefes militares y guerrilleros.
Creemos que la militancia política como instrumento de transformación social no debe ser cooptada por el proselitismo de una sola fuerza política, sino más bien que debe promover la unidad nacional para, todos juntos, enfrentar a los grandes grupos económicos del imperialismo y la derecha que atentan contra los intereses populares.
La joven democracia argentina ha cumplido muchos de sus desafíos, pero es importante remarcar que debemos seguir luchando a través de políticas públicas que defiendan de modo integral los derechos humanos. Algunos de esos derechos humanos que en la actualidad se ven vulnerados en distintas  conductas que adopta el gobierno nacional. Ejemplos de ello son el Proyecto X que utiliza herramientas de inteligencia del estado para espiar activistas sociales, la represión a los miembros de los pueblos originarios que reclaman por sus tierras, la censura constante por medios indirectos, la persecución tributaria a través de la AFIP, y el hecho quizá más grave, los desaparecidos en democracia, como Julio López y Luciano Arruga, o el reciente secuestro de Alfonso Severo.
Como militantes reformistas, hijos de la democracia, asumimos el compromiso de discutir, tomar posicionamiento  político y actuar en consecuencia, entorno a estos sucesos que involucran a todo el pueblo argentino. Seguimos viéndonos obligados a creer en un proyecto de país inclusivo, que persiga como fin primordial la búsqueda de la libertad, la justicia y la igualdad, para garantizar la democracia social.



Acercate estos días para participar de:

-Viernes 22: radio abierta, proyecciones, y presentación de la nómina completa de desaparecidos de la UNLP.  En la esquina de 7 y 50, a partir de las 17hs

-Domingo 24: salimos desde 48 entre 5 y 6 a Capital para marchar todos juntos a Plaza de Mayo.



JUVENTUD RADICAL - LA PLATA                             Marzo 2013