“La censura de prensa, la persecución a intelectuales, el allanamiento de mi casa en El Tigre, el asesinato de amigos queridos y la pérdida de una hija que murió combatiéndolos, son algunos de los hechos que me obligan a esta forma de expresión clandestina después de haber opinado libremente como escritor y periodista durante casi treinta años”
Con estas palabras inicia Rodolfo Walsh su Carta abierta a la Junta Militar, al cumplirse el 1º aniversario del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976.
Rodolfo Walsh entrega su vida en pos de la libertad de expresión, es considerado un símbolo de ella, y en el día de hoy la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata, hizo entrega del premio que lleva su nombre al presidente Hugo Chávez.
La figura de Walsh, los fines y particularidades de la distinción presenta contradicciones con las conductas que el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela utiliza en el cercenamiento de la libertad de expresión en su país.
El Consejo Académico de la Facultad de Periodismo, que funciona como comité de selección, evaluación y dictamen, no tuvo en cuenta que en el gobierno de Hugo Chávez se sucedieron varios atentados a la libertad de expresión, como el cierre a más de 3 decenas de radios, el arresto a periodistas, las recurrentes negativas por parte de funcionarios públicos de facilitar a los medios de comunicación privados información y permitirles ingresar a organismos oficiales obstruyendo su labor periodística y el derecho a la información de los ciudadanos, retención de equipos periodísticos, entre otras restricciones a la expresión de información no oficialista.
Todo ello ha motivado a diversas organizaciones andinas de libertad de expresión a condenar las dificultades para el ejercicio de la libertad de prensa en Venezuela, y que en el corriente mes, en el 141º período de sesiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), se celebren 2 audiencias privadas sobre la situación de defensoras de derechos humanos y sobre la libertad de expresión en Venezuela, así como otras audiencias públicas sobre la situación en las cárceles de ese país y los presos políticos entre otros temas.
Compartimos la abolición de los monopolios mediáticos que se han generado en muchos países, pues la libre competencia mejora el servicio y calidad que se presta; pero dejamos bien en claro que un tema es la abolición de un monopolio, como método de regulación de mercado, y otro bien diferenciado y que no puede manosearse a criterio de nuestros gobernantes, es la libertad de expresión, derecho humano fundamental para el desarrollo de los ciudadanos y la sociedad toda en libertad e igualdad.
Es por esto que repudiamos la entregua al Presidente Hugo Chávez del Premio Rodolfo Walsh a “Presidente Latinoamericano por la Comunicación Popular”.